Me encontré un triste gatito. ¡Qué lindo animalito ¡
Mostraba pelo piojo y no fue por su antojo.
En casa le lavé, le puse chaqueta y perfume que invente.
Ricas y tiernas sardinas que me dio mi vecina.
527 abrazos, sin miedo y con mucho desparpajo.
Cantamos nuevas canciones, mientras la lluvia nos mojaba los talones.
Escribimos cientos de poesías, para sus múltiples tías.
Con mi cámara inmortalicé sus pasos de ballet.
Nos despedimos sonrientes, puesto que nos habíamos lavado los dientes.
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